lunes, 8 de julio de 2013

El cabroncete del punto ciego

 Fijaros bien en la siguiente imagen:


No la habéis mirado bien, miradla detenidamente otro rato.


















Bueno, ahora contadme ¿que veis en la foto?

Exacto, 3 pivones tan mazizos que no te importaría comer lacón con grelos de entre sus nalgas sudorosas, si, aunque ni siquiera te guste el lacón con grelos.

Pues bien, voy a hacer una apreciación que seguramente ha pasado inadvertida: entre las 3 jamonas, convenientemente agarrado a una bonita pechuga se encuentra un mono. No se trata de un mono de esos que pulsan botones y resuelven problemas en los estudios científicos, no, este es claramente más inteligente, como se deduce de las 3 hembras humanas de buen ver que se ha agenciado.

¿Y como se explica que no hayáis reparado en su presencia hasta ahora? Pues muy sencillo, porque el ser humano en su espléndida perfección tiene más bugs que el cerebro de Ana Mato. Y uno de esos defectos del copón es el cabroncete al que la gente letrada llama el punto ciego, que es el culpable en este caso. Básicamente este cabroncete viene a ser una zona del polo helado posterior del ojo, que carece de células sensibles a la luz(tanto de Arbeloas como de bastones) y a los monos, perdiendo así toda la sensibilidad óptica. Pero como nuestros bugs intentan simular que no son bugs, al igual que Penélope Cruz intenta simular que no es una pelandrusca de alto standing, resulta que se camuflan, y en el caso del punto ciego nuestro cerebro se inventa lo que hay en esa zona carente de células vampíricas. De ahí que algunos vierais solo 3 tías buenas y algunos 4, pero monos ninguno.



Moraleja: cuando veáis tías buenas en grupo tened cuidado con los monos, que puede haberlos y tiran heces.




PD: ¡Que cabrón el mono! Es un ídolo.

PD 2: En realidad el punto ciego no tiene nada que ver con que no vierais al mono, para eso tendríais que cerrar un ojo y situar su imagen exactamente en el lugar adecuado. En vuestro caso la culpa es que estáis mal o nada follados.

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